Irónico a veces. Celebrar la sonrisa precisamente en el día que menos te apetece sonreír. Conjeturas de la vida, al fin y al cabo los porqués son irrelevantes. Los hechos fluctuantes. Y el cumplimiento de tus deseos desesperantes.
No me atrevería pedirte que sonrías. Está claro que sería absurdo. ¿Que lo celebres quizás? Lógicamente, no estarías de humor. Pero si te recomiendo reflexionar. Sobre ti, tu vida, tus necesidades, cambios que están a tus alcance y para los que debas emplear el doble de energías y fuerzas. Y seguir construyendo tu Castillo. Porque así, para el próximo año, igual serás tú el que sonríe animando a otros a seguir luchando.
Lo que está claro es que para algunos de nosotros, la lucha nunca acaba. Pero no por ello hay que renunciar. Sino... ¿que sentido tendría seguir viviendo?
P.D. Hoy, Día Mundial de la Sonrisa, os animo a sonreír a todos los que podáis. Ale, a enseñarle los dientes al vinagre que tenéis al lado.
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