viernes, 5 de abril de 2013

Llueve

La lluvia toca mi cara y mis pensamientos vuelan con cada gota acariciando mi mejilla. Intento razonar y buscar el momento en el cual todo a cambiado de tal manera. No me reconozco. El rosto que se refleja en el charco frente al semáforo es igual de joven  pero los rasgos mucho más potenciados. Será la experiencia que te da el tiempo. O las desilusiones que te trae el viento. Será tu ausencia que aún me quita el aliento.

Sigo caminando. Siempre hacia delante. Intenté pararme en algún momento. Que si la lluvia, que si "ya es tarde", que si "quizás no es el momento", que si "mejor mañana"... Al tiempo, me di cuenta que detenerse no te lleva a ningún lado. Y la plenitud que uno busca tampoco se encuentra así.

Siempre avanzando. Lo que algún día me hará grande será no haberme detenido nunca y haber seguido fiel a mi misma y a mis ideas. Levantarse tras cada caída te fortalece. Es cuestión de como uno mismo quiera enfocar la realidad. Que aunque sigue siendo la misma, cada uno la vemos desde perspectivas diferentes.

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