Mi respuesta ante tal perspectiva no
tardó en llegar… “No es que sea la más acertada, sino que es la que más se
acerca a la realidad, no queriendo decir que eso es lo mejor.
Creo que nos ceñimos demasiado a nuestra
propia superficialidad, inducida por el comportamiento en masa y nos resumimos
a llevar relaciones de cara a los demás. Vengo a decir que nos olvidamos de que
la felicidad es algo que se consigue paso a paso y cuando llegues a la vejez,
juntando cada pasito que has dado, si eres capaz de sonreír y sentirte
contento, es que lo has conseguido. Pero nos mutilamos mentalmente pensando en
que siempre hay algo mejor de lo que ya tenemos.
No señores, es hacer lo que tienes lo
mejor del mundo y s aún por dentro sigues con ese vacío y esa inquietud de que
ahí fuera puede haber algo mejor, es que aún no has encontrado lo que
necesitabas… Así que puedes ahorrarte el tiempo y no seguir mandando falsas
señales.”
Reconozco que me pilló aquella entrada
en un momento de intensa introspección interior sobre las relaciones en
general, que había empezado una noche antes. A rasgos limitados, en mi
respuesta se entiende la idea principal, pero lo que la mayoría no constatamos
es la degeneración de las relaciones y cada vez más por culpa de la
insatisfacción cada vez más pronunciada que la propia sociedad está creando en
uno mismo y lo determina extender a todos los ámbitos de su vida: trabajo,
relaciones (sea amistad o amor), futuro profesional, necesidades básicas y de
crecimiento a nivel personal etc…
Las cosas “eternas” y que duran para
siempre ya solo existen en los cuentos, y puede que en realidad nunca hayan
existido, solo que antiguamente al saberse menos de la vida, la naturaleza
propia humana y las restricciones sociales no se haya difundido este concepto
tan liberal de “ahora me gustas” y luego de la nada me doy cuenta de que no.
Eso es porque en realidad nunca lo has sentido y estabas en busca de aquella
nueva “sensación”, “emoción” y “experiencia” que te haría sentirte de otra
manera. Al constatar de que no es así…. El “amor” desaparece….
Hay otra cara de la moneda que
certifica de que somos capaces de sentir la “eternidad” y la necesidad de estar
junto a una persona “para siempre”, pero momentáneamente. Me explico. Vengo a
afirmar que no quiere decir que sea mentira cuando alguien te dice “Quiero
pasar el resto de mi vida a tu lado”, “Te voy a querer para siempre”, “Nunca te
dejaré”, “Siempre estaré contigo” etc, etc, etc…. Aquél “siempre ahí” y “nunca
dejaré”…. Porque en ese momento, ese preciso instante, lo sentías… Pero la
sociedad nos “transforma” de tal manera que nos volvemos más superficiales y
adquirimos fácilmente y con mucha rapidez la mentalidad de que “ahí fuera hay
algo mejor” y dejamos de sentirnos “llenos” y surge la necesidad de buscar
cosas que a lo mejor ni nos faltan en realidad.
Y otra certeza es que a veces pensamos
que lo hemos encontrado, pasamos años de nuestras vidas en esa relación…. Y de
repente, abres los ojos y piensas “Me siento sol@ en tu compañía y vacía por
dentro, me falta algo”…. En ese instante, miras hacia atrás y te das cuenta de
que ya llevas un tiempo en esa relación con discusiones, lo que antes encajaba
tan bien, ya no “pega ni con cola” y el “estar juntos” se hace cada vez más
difícil y menos agradable… Ese, amigos lectores, ese momento es EL DESPERTAR.
Cuando comprendes de que podrías haber abierto tus ojos y mirar en perspectiva
a los que tienes delante mucho antes.
Si cada día la sociedad no nos
obligara inconscientemente ser cada vez más egoístas y altruistas, muchas cosas
serían diferentes y el típico de que siempre alguna de las partes por cualquier
motivo deje de estar interesad@ por la otra no sucedería con tanta frecuencia y
habitualidad.