miércoles, 15 de agosto de 2012

ToDoS LoS DiaS De Mi ViDa


Ayer empecé a ver una película, pero por motivos ajenos, no pude terminarla, pero me impactó muchísimo y me hizo recordar sentimientos de pensaba que los tendría ya más que encerrados en el cofre del olvido.

Llegando a su fin, dice algo parecido a esto:
<< Un momento impactante. Un momento impactante cuya capacidad de cambio tiene un efecto expansivo que va mucho más allá de lo predecible. Que hace que algunas partículas choquen entre sí y acaben acercándose más que antes. Y que manda a otras girando sin parar hacía nuevas aventuras, aterrizando donde jamás pensaste encontrarlas. Sí, eso es lo que pasa con esa clase de momentos. Que no puedes, por más que lo intentes, controlar como te pueden afectar. Solo puedes dejar que esas partículas que colisionan aterricen donde puedan. Y esperar. Hasta la siguiente colisión. >>

Y entonces me di cuenta. Esa es una breve descripción, concentrada en una multitud de metáforas profundas, a la vez que fugaces y rebeldes, que matizan mi último año. Lleno de cambios. De acercarme a lo alejado, poner fin a lo ya terminado, recorrer horizontes que nunca he pensado, hasta enamorarme de lo inesperado… Para que al fin, solo queden partículas que giran sin parar hacia nuevas aventuras. Pero esta vez… Es la vida real. Y no hay espera. Hay un punto y seguido, sin punto y final de lo que nunca puede que haya empezado, y estar de nuevo en la noria. Pero esta vez, deliberadamente, más sola que nunca. Porque la soledad se aloja en el interior, dejando un próximo exterior más que animado.

Y tengo una teoría. Como mi abuela solía susurrarme de pequeña: “No tengas miedo. Si una cosa tiene que ser, por mucho que intentes alejarla, volverá a ti.” Mi miedo ahora es no saber ya como aceptarla.


No hay comentarios:

Publicar un comentario