domingo, 5 de mayo de 2013

ROZANDO LA MUERTE

Te levantas una mañana pensando que te espera un largo día. Que te gustaría disfrutar, aprovechar el Sol, la familia, los amigos, pero te toca trabajar... Resignado, buscas fuerzas de donde no hay y empieza tu jornada.
El mal-humor y malestar te lo guardas para ti, pero te pesa llevarlo por dentro. Piensas en todo menos en estar contento que estas vivo. Que puedes disfrutar de respirar y salud. Seguro que ni por la cabeza se te pasaría que igual hoy, puede ser tu último día. Pero un toque tan violento como un accidente rozando la desgracia seguro te hará más cociente de ello.

Mientras tu te resignas con tener que seguir trabajando, otro va con prisa y ganas de haberlo terminado. Y ni por un segundo piensa que mientras corre por llegar a ninguna parte, puede ser el final de su camino o que el mismo sea quién ponga fin al de otra persona. ¿Valen la pena en este caso las prisas?

Aquí os dejo un recordario para que os haga relfexionar cada vez que tengáis prisa conduciendo. El accidente se produjo hace un par de horas enfrente de mi casa. Lo vi desde el balcón. El repartidor se tellepizza estuvo 10 minutos tirado en el suelo sin poder ser movido por los primeros auxilios. Una conductora con prisa se aventuro en la redonda sin ceder el paso. Seguro que aquel hombre al irse de casa esta mañana no imaginaba acabar el día en urgencias, incosciente. Y la conductora apresurada no habrá sufrido ni la mitad del daño del accidentado.

Hace dos semanas... Misma redonda, otra persona con prisas, otra accidentada y la historia se repite. ¿Es que nunca aprendemos? Claro que... cuando no eres tu el involucrado, no te molestas en concienciarlo de verdad. Deberías. Mañana puede ser tu o alguien muy cercano a ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario