martes, 17 de julio de 2012

Y SiGo aQuí

A veces te pienso y me gustaría tenerte aquí a mi lado, que puedas ver como las estrellas queman el cielo con su intensidad creciente y dar rienda suelta a nuestros pensamientos.  Tú sigues a años luz distanciando nuestra cercanía.

He estado en todas partes y en ninguna, al igual que intenté verlo todo y aún no he visto nada. Tropiezo, me caigo y me vuelvo a levantar, con la carne cada vez más dura pegada a mis huesos. Sensible por fuera, pero de piedra por dentro. Y a veces tambaleo. Pero recupero conciencia rápido, me derrumbo a medias y mientras caigo a pedazos, los asiento para formar bases preparando un nuevo futuro. Y las mentiras, los engaños y desilusiones siguen cayendo, como lluvia ardiente en veranos tórridos, alentando la sangre a hervir en mi interior. Hesito un instante. Dudo. Y echo  a suerte. Tiro el dado y espero ver el resultado, confiando que en algún momento tornará a mi favor. Igual… no se puede estar peor… o sí. Pero cuando ya lo sufres, lo que venga después, lo aguantas y combates con puños de acero. Porque estás preparado. Sabías que llegaría.

Ese momento en el que estás abajo y no encuentras la manera de alcanzar la salida, aún sabiendo dónde está te queda cada vez más lejana… Tira el dado. Prueba suerte, pero no lo dejes en manos del destino que en verdad no es más que una lacra del vocabulario. Ya que cada uno lo forja con cada paso que da y modificamos constantemente nuestras futuras circunstancias con cada pequeña decisión, aunque parezca insignificante, que tomamos a diario. Hoy no significa nada… Mañana puede que te des cuenta que has perdido la luna intentando encontrar las estrellas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario