Un grano de felicidad... que con tanto ímpetu sostenias en la palma
de tu alma resignada,como si fuera un diamante en bruto tan
ignorantemente estas dispuesto a soltar al vacío por las sombras del
pasado que tu mismo aún dejas que te persigan... o estabas deseando que
lo hicieran... pues ahi están... aquí las tienes en las puertas de tu
alma herida curada con parches de ternura, sabiduría y cariño.
Normal... Ahora te sientes fuerte otra vez para probar el dulce
néctar del desengaño, que con el poco paso del tiempo... ya no te hace
tanto daño como lo hacía recien antaño. Inconscientemente, dejas
dezlizar entre tus dedos la piedra preciosa que al parecer tanto habías
deseado encontrar y contrariar a tu conciencia convecida de su
inexsistencia, al abismo abrupto sin acordarte si quiera de comprobar que
no se romperia en un mar de cristal al tocar fondo entre tantos golpes
que le lanza su caída al vacío...
Y es entendible... en tu egoísmo puramente humano, no quieres perder
la tranquilidad y relajación escondidas en una sola mirada capaz de
trasladarte a misteriosos mundos y lugares más alla de tu racionalismo.
Pero un solo instante... una sola mirada del pasado hacía ti... un solo
seco llamamiento... y tu te rindes a sus pies. Pesa el pasado en nuestro
presente y lo hace a veces de tal manera que es capaz de derribar el
futuro que tan claramente se dibujaba a través de lo que nos gusta ver
como "destino"... El futuro se vuelve turbio, opaco a tus ojos que van
buscando razones para recuperar el pasado.
Y no es que caiga en el olvido o que se guarde a través de
recuerdos... es que fue tan diferente, tan intenso, especial y tan poco
mundano que hace que ni siquiera haya existido... y asi es como un nuevo
cuento de hadas cobra vida... y su final feliz.... nuestra imaginación
puede ser muy generosa y cada uno busque el suyo... Algunos ya perdimos
el nuestro o estamos a punto de perderlo... cuando las sombras del
pasado ensordecen nuestros oídos, ofuzcan nuestras miradas y ciegan
nuestros ojos, los labios sellados se convierten en montañas...
inmutables, silenciosas por fuera y gritando a voces por dentro....
pero el diamante choca contra las duras rocas que lo forma y resuenan
fuerte en su caída... y ya no logra escuchar tu silencio... Y no porque
no quiere, sino porque la montaña espero demasiado en gritar y mover sus
árboles para amortiguar la caída...
Y puede que algún día... la felicidad aunque sea en un grano de
arena.... nos aferre a algo que no nos deje caer sin alas al vacío
cuando saltas por un frágil, posible y menguante.... "nosotros".
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