En situaciones como
estas… cuando la vida te sorprende sin estar sorprendido… No sé realmente como
tomarme las cosas… Me explico, ya que no es normal que diga que la vida es
capaz de sorprenderte pero tú sin estarlo… Habrá que darle una forma lógica al
asunto.
Esto es igual que estar sin estarlo. Estás con
la mente y tus pensamientos junto a una persona, pero no con tu presencia, por
el motivo que sea. La vida puede sorprenderte porque tú tienes muchas ganas de
dejarla que lo haga. Y de alguna manera lo consigue… excepto un pequeño
detalle. Tu RAZÓN. Que nunca deja de funcionar. Y hay algunas mentes que ya por
costumbre van demasiados metros por delante. Y es mucho más difícil enseñarles
algo que les asombre. No por nada, sino porque la mayoría de las veces lo saben
todo. No me preguntes como. Simplemente es así. De eso que se levantan por las
mañanas, piensan en un asunto que les preocupa sea para bien o sea para mal y
de repente… Decenas de imágenes y situaciones transcurren por su cabeza. Que al
cabo del tiempo, ya traspasadas a la realidad, resulta que se cumplen. Y se
sorprenden ellas mismas… Pero no de lo que deberían sorprenderse. Aquí llegamos
a mi segunda frase. En vez de sorprenderte de que por fin te pasa algo bueno y
maravilloso, lo cual parece ser infinito, llegando más allá y que tú estás
volando y esta vez… no en la soledad de tus razonamientos como siempre… Algo
pasa, en ese preciso instante, que tu mente aún no llega a comprender, y miras
a tú alrededor y notas que te has quedado solo de nuevo… y ligeramente empiezas
a caer y no puedes evitar preguntarte cuando va a aumentar la velocidad de tú
descenso. Y ahí llega la razón de mi afirmación de antes. En ese momento no te
sorprendes porque sabías ya de antes que eso llegaría e incluso tenías sin
haberlo concienciado todos los detalles. Pero sí previamente te sorprendió el tiempo
que duró, porque hasta tú querías creer que aquello era para siempre y no
podías encontrar una explicación lógica a lo que tú mismo eras capaz de sentir.
Y aún así, aún queriendo
encontrar algo que va mal, buscas respuesta en una mirada y por mucho que
llegas a convencerte de que estará vacía, al perderte en ella te das cuenta de
que puede que ahora te esté hablando incluso más que antes y sin decir palabra.
¿Y qué haces en ese instante? Te desconciertas… Porque si las cosas no resultan
ser como por fin te habría gustado descubrir que serían, al menos tienes una
cosa resuelta… Aunque dolería…. Y mucho. Esta vez, si te habría afectado sin
que entiendas siquiera el porqué. O puede que siempre lo has sabido… Si,
justamente. Aquella sensación que hacía que todo ello fuera tan “especial”, tan
“diferente” y te permitía soñar cuando tú mismo habías decidido renunciar a los
sueños tiempo atrás. Sensaciones extrañas que empiezan a recorrer tu cuerpo, en
cierto modo nuevas para ti porque nunca permitiste dejarte llevar tanto y
estabas seguro de que a ti no te pasaría… menos ahora… Dudas, pero lo tienes
todo claro y muy dentro de ti sigues sintiendo que todo va bien. Tienes miedo,
pero te inunda una seguridad poco entendible de que ya es tarde para que deje
de estar ahí, porque estáis aun sin ser cocientes de ello tan adictos uno como
el otro a vosotros mismos y el encanto que le dais a la vida a vuestro aire.
Y lo único que quieres
es entrar junto a él a fondo perdido, seguir las dudas que marca el camino e
ignorando repetir otra vez el mismo error… Porque sabe tan dulce que parece que
te lleva rumbo hacia el infinito… ∞
No hay comentarios:
Publicar un comentario